Por enamorarse, por creer, por soñar…por ser mujer. Tiene la culpa por no querer cruzar la puerta, salir y enfrentar su realidad; por soberbia y altiva, por ocultar virtud y educación en su alcoholismo; por amar al hombre equivocado, su amorío terminará por destruirla. Esa noche se estrena Romeo y Julieta de William Shakespeare, esa noche tres mujeres en el lobby de un teatro, se descubren el rostro para verse a sí mismas.
Nora, Blanca y Nina no lograron entrar a la función, no se conocen y no se quieren ir, afuera llueve. En una maleta Blanca carga con su vida, saca una botella de whisky, les ofrece un trago. Nora no acepta, su marido la espera, la apariencia y reputación son valores que no se negocian. Nina desea ver la obra, se sabe el papel de Julieta de memoria, estudia actuación, y su mayor anhelo es pisar un escenario.
Esa noche en el lobby de un teatro la ficción y la realidad toman forma. Tres personajes íconos del teatro universal aparecen, toman cuerpo y rostro son: Blanche, personaje de la obra “Un tranvía llamado deseo” de Tennessee Williams; Nora, protagonista de “Casa de muñecas” de Henrik Ibsen; y Nina la joven ingenua de “La gaviota” de Antón Chéjov. En este espacio teatral la ficción se invierte, tres famosos personajes encarnan a tres mujeres reales, comunes y corrientes.
La autoría y dirección son de Bárbara Colio, un texto bien construido e impoluta dirección de escena. Su texto reúne fantasía y realidad con personajes que extrae de tres clásicos del teatro universal, historia que sucede en la antesala de un teatro, parábola que enlaza actrices con personajes. Su condición de mujer empatiza con el pensamiento y condición de las tres protagonistas. Una obra donde cuestiona el papel que juegan ellas en las relaciones amorosas sin culpar a los hombres. Dramaturgia y dirección logran un magnífico resultado.
Las actuaciones son de Verónica Merchant (Blanca), Carmen Mastache (Nora) y Sofía Sylwin (Nina). No sé si Colio al escribir su obra pensó en ellas, lo cierto es que los personajes están hechos a su medida, o los personajes las escogieron a ellas, creo que sucedió lo segundo. Verónica, Carmen y Sofía dan cátedra de actuación; equilibradas, geniales, espléndidas, las tres muestran su enorme talento histriónico.
Julieta tiene la culpa es teatro donde la utopía dialoga con el espectador sobre su efímera naturaleza; en el lobby durante una noche de estreno, tres personajes dejan caer sus velos que cubren su breve existencia. Un momento de teatro, un instante en la vida que desde el escenario vincula a las protagonistas con los espectadores.
En este espacio una ventana permite ver hacia el escenario donde se escenifica Romeo y Julieta, en el otro extremo está la salida, una puerta, frontera que limita su libertad. En esta obra la mujer es como una función de teatro, de manera efímera narran una historia, son protagonistas, se confrontan y se marchan cuando se apagan las luces del escenario.
El diseño de escenografía y vestuario son de Mario Marín del Río; diseño sonoro y música original, Rodrigo Castillo; iluminación, Xóchitl González. Espléndido trabajo. Las funciones son en el Teatro Helénico de lunes a miércoles a las 20:00 horas del 4 de octubre al 24 de noviembre.
