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Shopping and Fucking, un retrato de la decadencia

Fotos: Juan Rodrigo Becerra Acosta

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En un departamento, tres jóvenes: Mark, Lulu y Robbie (llamados así por la banda Take That) pasan los días discutiendo, drogándose o preocupándose por conseguir suficiente dinero para subsistir, aunque su sobrevivencia está limitada a platos de cereal y comida congelada; lo único que parece interesarles comer.

Uno de ellos: Robbie (Norman Delgadillo) sigue enamorado de Mark (Gonzalo Guzmán), pero éste empieza a interesarse en Gary (Luis Vegas), un joven que aunque aparentemente se muestra seguro y risueño, ha sido abusado sexualmente y ahora se dedica a prostituirse.

A su vez, Lulu (Angie Bauter) se ve confrontada por Brian (Claudio Lafarga) un hombre pulcro y atractivo que podría darle trabajo, pero en cambio, en una audición le pide se quite la blusa y termina por encargarle que venda un paquete de pastillas de M. Cuando Robbie regala estas drogas en un día de fiesta y locura, todo empieza a complicarse.

Este es el planteamiento de Shopping and Fucking, obra de Mark Ravenhill estrenada en 1996 en Londres y cuya adaptación y dirección en México corre a cargo de Sixto Castro Santillán. El estilo de este director es conocido por ser arriesgado y hasta confrontativo; en este trabajo saca a los actores de cualquier zona de confort y continuamente los lleva al límite; y con ellos, al público.

La obra incluye peleas físicas y verbales, confrontaciones, vómito, drogas, escenas sexuales y de violencia que podrían molestar a más de uno; pero algo es seguro: es imposible quedar indiferente.

La propuesta de Sixto incluye además momentos ‘ligeros’ en los que los actores bailan siguiendo una coreografía o que aparezca ocasionalmente una botarga gigante de peluche; pero cuando se piensa que ha llegado la calma, llegan más momentos para incomodar y para reforzar la idea de que aquí la búsqueda de la felicidad es la búsqueda del dinero. La gente vale solo por lo que tiene.

Conforme avanza la obra va quedando claro que Lulu ama a Robbie; Robbie ama a Mark y Mark ama a Gary. Pero ninguno obtiene del otro lo que quiere.

Uno de los papeles más demandantes es probablemente el de Gary, quien por momentos aparenta estar bien, pero por otros pierde toda la estabilidad para mostrar dolor y vulnerabilidad. El trabajo de Luis Vegas; tanto en tono de voz, expresión corporal y emotividad es realmente notable. Una verdadera revelación y -espero- toda una promesa actoral.

La propuesta de vestuario es otro de los elementos destacables de esta propuesta, podemos ver a los personajes en atuendos casuales, pero cuando Mark y Gary se van de compras (shopping), inicia un desfile de diseños coloridos que contrasta absolutamente con la obscuridad de los personajes.

Cuando se produjo por primera vez, a mediados de los noventas, Shopping and Fucking recibió una serie de críticas tanto positivas como negativas; algunos se sorprendieron o alabaron el humor, mientras otros reprobaron el contenido sexualmente violento de la puesta.

Al final, definitivamente esta obra no es para todo tipo de público; sin embargo, y a pesar de tener más de 20 años, resulta un retrato vigente sobre los declives de la juventud, los extremos de una sociedad consumista y hasta un retrato de cómo las amistades y las relaciones humanas pueden dejar atrás lo significativo para volverse algo meramente transaccional.

En un mundo donde todo se puede comprar porque todo está a la venta ¿realmente el dinero es la felicidad? La respuesta le corresponderá a cada espectador responderla…

SHOPPING AND FUCKING, de Mark Ravenhill. Dir. Sixto Castro Santillán. Foro Lucerna. Lucerna 64, Juárez. Lunes y Martes, 19:45 horas. Loc. $350. Adolescentes y adultos.

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